sueños y pensamientos
ANHELOS
Anhelo ser una flor
nutrirme con
tu ambrosia,
dejarme llevar
a tu lado
para que juntos
comportamos
en tu mesa.
Anhelo ser nube,
fraternar con los sentimientos,
y desde las alturas
proclamar a la vida
con un poema
de amistad.
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CAMINANDO
Voy caminando
sobre la arena
y escucho el ruido
de mis propios pasos.
Mis cansados pies
en mi cotidiano andar
solidarizan con mi corazón,
miro entonces las huellas
que dejó al pasar
con un titilar
de un diástole
y un sístole fugaz.
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Fragmentos de libertad
Tus ojos son mis ventanas,
tu boca la puerta de mi corazón,
sin ti no tengo
adonde ir,
Ven a mí.
Eres mi verdad,
eres mi canción,
llenas de esperanzas
a mi triste corazón.
Ven a mí,
porque tu me das las fuerzas
y también, la paz.
No me abandones
ven a mí,
y caminemos
por las sendas místicas
de la libertad.
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Hora de irse
Dulce rayos de luna
la madrugada despierta ya
entre sábanas blancas
cual baño de espuma.
Eres un manantial de deseos
entre sudor y placer
cayendo por tu espalda desnuda
a la luz de la luna.
Como música suave al oído,
palabras tiernas de amor
la luz de la luna desaparece
el tiempo ha llegado
es hora de irse.
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NOCHE ESTRELLADA
En una noche estrellada
como ésta
la Luna indicó
mi camino,
escuché
el ruido mundanal,
pero una brisa
de esperanza
puso en mí
el término
de mis lamentos
y acalló mi congoja
con tibia
resignación.
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Pensar
Todo sigue su curso
mientras el mundo gira
y los pensamientos
van a la deriva.
El silencio nos hace pensar
y nos detenemos
muchas veces a soñar
olvidándonos que hay
que reflexionar.
¿Qué será de nosotros
en la eternidad
seremos llano, montaña,
o un cerro difícil de escalar?
O, ¿seremos espíritus
que no detienen su vagar?,
sólo es el silencio
que te invita a soñar.
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Si fuese ángel
Si algún día yo partiera
me convertiría en tu ángel,
y bastaría un acorde
de poesía
para calmar tus heridas,
y con mis brazos
repartidos al viento
y el sol en mis manos
besaría tus ojos húmedos
hasta volvernos a encontrar
en tu pensamiento.
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Soledad Quimera
Mi soledad, esquiva,
tu silencio
y tu mirada
se pierde en el candente
fuego de leños
invernales.
¡Cuánto amor te di...!
en aquellos breves
ensueños
indecisos de mi ayer;
busqué en rincones
de tu alma tibia
el amor complacido,
pero el dolor detenido
rompió mi expresión
de alegría,
que a pesar de todo
mantengo
y dejo a merced
del viento
para que con su fuerza
ordene mis pensamientos.
He de buscar
por entre las piedras
mis años idos,
aunque encuentre
en ese camino
la noche umbría,
soledad o llanto,
porque aún ese amor
encendido perdura.
¡Amor, amor
no me abandones,
acalla mi nombre
y mantiene en tus venas
tu sangre caliente,
burbujeante
y apaga mis horas
de soledad quimera.
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Soledad
En mi soledad se anida
la cruel tristeza,
como el árbol carente
de agua vida.
Inquiero, rememoro,
y no encuentro lo que busco,
al amigo prometido
que me acompañe
en mi desierto...
Aguardo el nuevo día
sin escuchar
sinfonías dulces;
solamente, esas escoltadas
con la pesadumbre.
¡Soledad!...¡Compañera!....,
hoy navegaré en brisas azules
del postrero destino,
iré a las claridades
donde encontraré
al amigo invocado
que algún día lo fue.
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TRIUNFOS
He vencido
al enemigo
que mutiló
mi cuerpo
y desanimó
mi espíritu
y fantasías.
Combatí
con gran fe
punto de honra
otorgado por Dios.
Heme aquí
triunfante estoy.
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VOCES
Entre los montes
el sol se asoma
proyectándose
entre lomas, valles
y cerros.
Es en el alba
cuando el gallo canta
despertando al día
y comienzas las voces
quebrantando el silencio.
Las abejas zumban,
los pájaros trinan,
y a los lejos
el ladrido de un perro
anuncia al pasajero,
mientras el río
entre piedras y rocas
el agua entona
su quebranto.
Luego, el crepúsculo
llega,
se acalla el ruido,
se baja el telón
y la noche
junto al silencio descansa,
escuchando sólo
las voces del alma.
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UNA FLOR
He visto una flor
en el ocaso del crepúsculo
mostrando su amenidad.
Fue tal su perfección
que ni el canto del ruiseñor
asemejaría la admiración
que satisfizo mi espíritu
en el instante
que en mis ojos
se proyectó.
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Zona Prohibida
Con un ruido de goznes oxidados
la puerta se abrió,
la puerta se abrió,
era el comienzo del amanecer,
y las trampas,
de sueños negros,
y las trampas,
de sueños negros,
como un ovillo de mentiras,
una pesada
cruz tallada en mi piel.
Como zona prohibida,
la noche,
se enmascaraba
con caretas de brujas
cruz tallada en mi piel.
Como zona prohibida,
la noche,
se enmascaraba
con caretas de brujas
mientras yo buscaba
un atisbo de ternura,
un atisbo de ternura,
en tu piel
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Flor Vargas A.